La madre de Seb tenía que hacer recados en el pueblo, y para que su hijo no se quedara solo en casa, le pidió a su madre que fuera a ayudarle con los deberes. Pero los chicos tenían otros planes: querían jugar al fútbol. Como Pahe perdió el último penalti y tiene que llevar una peluca de castigo, ¡ahora es una cuestión de honor! La abuela de Seb, sin embargo, es muy diferente a las demás ancianas. En lugar de ayudarles con los deberes, ayuda a los chicos a recuperar su honor perdido y resulta ser una abuela estupenda.