Mientras la familia come en el jardín, las hermanas están absortas en sus pantallas: Wendy en su teléfono inteligente y Marine en su consola portátil . Exasperada por su comportamiento, su madre decide confiscarlas durante tres días. Las hermanas idean un plan para recuperar sus pantallas. Mientras tanto, los padres hacen una pequeña apuesta: el padre apuesta a que las hermanas recuperarán sus pantallas antes de que se cumplan los tres días.